La fotografía ha querido dejar de estar sola en su propio mundo para encontrarse con otros universos artísticos que le permitan contar la historia de quien está detrás de una cámara y su relación con lo que está en frente de ella.
En esta búsqueda narrativa, Carlos Pineda, ha hallado en el fotolibro una manera de contar su amplio trasegar en el mundo; de hilar coherentemente sus imágenes y sus imaginarios, de trenzar el pasado con el presente en un solo ritmo visual, de descubrir asociaciones entre sus fotografías y darle consistencia a la obra.
La geometría interviene entonces de manera casi inevitable, no solo en sus composiciones, sino en la circularidad de la historia que se cuenta , y en las formas que el fotógrafo observa en el camino. En este fotolibro, la geometría de la vida, tan efímera y sutil, la encontramos en imágenes con las que nos podemos relacionar de manera física, haciendo así palpable lo intangible.